Raimundo Prado, nuestro Lord Comandante (Dicen que un día vio a un caminante blanco. Y dicen que el caminante blanco no volvió a ver a un foulard tan bien puesto).
Todo comienza un día en el espejo. En el medio de una calle. Incluso en la cocina de casa. Un día cualquiera y sin darle mayor importancia, observas que en ese pelo negro sobresale alguna cana. Que un dolor lumbar aparece si haces algún movimiento algo brusco. Una mañana en el desayuno, al llevar a tu hijo al Colegio, observas que en unos años te alcanzará en altura y quizás te sobrepase con creces.
Los síntomas continúan y apenas puedes evitar sus consecuencias. Otra mañana, compruebas que el pelo es ya irremisiblemente gris si es que aún lo posees. Que el cuerpo te pesa algo más de lo que recordabas y por supuesto cumpliéndose el pronóstico, tienes que alzar la cabeza para observar el rostro de tu hijo, al que ya ni se te ocurriría darle una “colleja” entre otras cosas porque no le alcanzarías bien al cuello.
Lo expuesto, es algo natural, muy antiguo, queridos Compañeros. Se denomina “paso del tiempo”. Cuando eso sucede, irremisiblemente, se disparan mecanismos de defensa en el subconsciente.
Intentas hacer más deporte. Te empapas del lenguaje actual, te vistes con vaqueros de la época de Billy el niño. Pero nada. Eso no sirve. En la mayoría de las ocasiones provoca un efecto inverso, penoso y a veces “hortera” pero es lo que hay. Otro mecanismo defensivo y quizás más valioso y duradero, es el denominado “recuerdo” Ese mecanismo bien utilizado, de manera selectiva, empírica, desemboca en el concepto “experiencia” que según estudios neurológicos en realidad es lo que hace avanzar al ser humano. La experiencia es valiosa. Mucho. En nuestra profesión es casi el arma magnífica. No sólo no hay que desdeñarla, ignorarla o vituperarla. Todo lo contrario. Constituye el cimiento de lo esencial.
Los que sois ahora jóvenes, poseéis el divino tesoro al que aludía Rubén. Eso implica inconformismo, radicalismo en ocasiones, sueños de mejora. Las revoluciones, los cambios esenciales parten de las nuevas generaciones, que además en el ámbito de la Judicatura poseéis una preparación global antes no alcanzada.
Os queda mucho por hacer para desterrar de esta Carrera, de esto a lo que se llama Poder y no lo es tanto, lo rancio, lo antiguo, lo perverso. Lo cómodo. Lo preestablecido.
Os queda mucho por hacer para desterrar de esta Carrera, de esto a lo que se llama Poder y no lo es tanto, lo rancio, lo antiguo, lo perverso. Lo cómodo. Lo preestablecido. Os queda mucho por convertir una profesión en una verdadera profesión digna a la altura de las circunstancias. De transformar lo nominal en verdadero.
De lograr una Justicia más eficiente, mejor, más Justa y no sólo en las instancias primeras. Os queda nada más y nada menos que transformar el actual sistema, cenagoso, Victoriano. Aburrido, palaciego, mendigante. Os queda por delante si es que realmente sois decentes y lo creo hasta los tuétanos, muchas cosas amigos/as. Ahora bien, no os dejéis llevar por los impulsos. Solicitad consejo, ayuda y colaboración de quienes ya tenemos algo de experiencia. De quienes un día también fuimos como vosotros jóvenes y soñábamos en una Justicia mejor. Podemos daros datos que os servirán para no cometer los mismos errores. Podemos aportar experiencias para que no tropecéis en las mismas piedras. Podemos juntos, conseguir más que por separados. Yo confío en vosotros.
Los cientos de jueces de las nuevas generaciones debéis cambiar esto con nuestra ayuda.
Os he ido conociendo y me enorgullezco de ello. Óscar, Patricia, Gustavo, María, Carlos, Noemí, Lorena, Cristina, Teresa, etc. Los cientos de jueces de las nuevas generaciones debéis cambiar esto con nuestra ayuda. Yo al menos prometo ofrecerla. La vida es un continuo relevo. Quien piense que se va a quedar de manera perpetua, creo que se equivoca. Las Instituciones permanecen. Nosotros los de hoy, los de ayer y mañana desaparecemos. Pero mientras tanto, por coherencia, dignidad y por lo que representa nuestra profesión, debemos mejorarla y por tanto cambiar muchas cosas. Os animo a ello, aunque sé que lo vais a hacer. No tengáis miedo. El Lobo luego no es tan fiero. En realidad el lobo es la abuela con cara de ogro y nada más. Una abuela que lo que necesita es un viaje del inserso y unas vacaciones prolongadas.
[…]por coherencia, dignidad y por lo que representa nuestra profesión, debemos mejorarla y por tanto cambiar muchas cosas. […] sé que lo vais a hacer. No tengáis miedo.
Hoy vuelvo a recordar la plaza de las Salesas. Tras aprobar una oposición, mis amigos y servidor, dejamos casi sin cerveza los alrededores. De eso ya ha pasado el tiempo sin apenas darme cuenta. Mis hijos tienen su vida. Mi pelo se ha vuelto gris y quien ahora escribe con su experiencia se ha dado cuenta de muchas cosas. Aun así os animo a cambiar la realidad para mejor y a no tener miedo. A pedir consejo a quienes tienen experiencia y en algún momento también intentamos que nuestra profesión. Que la Justicia en España fuera más digna. Fuera mejor. Esta revista, debe ser un medio para ello. Todo comienza un día en un espejo…
A reconstruir toca.
Por Raimundo Prado.
Descargar (pdf) JUECES – Spokesman´s Corner – El Rincón del Portavoz – Raimundo Prado
Artículo publicado en la Revista JUECES
Estamos en redes sociales