MARÍA JESÚS ALARCÓN BARCOS
Foto: MARÍA JESÚS ALARCÓN BARCOS

MARÍA JESÚS ALARCÓN BARCOS es la “vitorina” del mes. Muchos la conocéis porque fue miembro del Comité Nacional de la Asociación y asiste todos los años a nuestras Asambleas nacionales, revelando con ello tanto su gran compromiso con Francisco de Vitoria como que cuenta con buenos amigos entre nosotros y que siente una preocupación sincera y comprometida por las cuestiones que atañen a la Carrera Judicial.

Mujer grande en fortaleza y corazón siempre estuvo comprometida con temas como el de la conciliación de la vida profesional y personal y con la presencia de mujeres en nuestros órganos representativos. Esta baenense, eléctrica de movimientos, optimista y de sonrisa franca, siempre quiso ser Juez. Y como dijo H. Hesse: “Cuando alguien que de verdad necesita algo lo encuentra, no es la causalidad quien lo procura, sino él mismo. Su propio deseo y su propia necesidad lo conducen a ello”.

En el año 2010 fue nombrada Presidenta de la Audiencia Provincial de Ciudad Real, puesto que sigue desempeñando en la actualidad, demostrando que pese a llevar trabajando 30 años mantiene un espíritu comprometido y activo. Nos consta que ha afrontado este reto con responsabilidad y muchas ganas, pese a que ha tenido que dejar de vivir en su Andalucía querida.

Mucho podríamos escribir sobre Mª Jesús Alarcón, pero creemos que nadie mejor que ella para presentarse:

«Me llamo María Jesús Alarcón Barcos, nací en un pueblo de la campiña cordobesa: Baena, famosa por su aceite de oliva. Desde pequeña mi vocación era ser Juez. Apenas si tenía cinco o seis años y ya me llamaba esta profesión pese a que nadie en mi entorno familiar se dedicaba a esta actividad. Y cuando alguien me preguntaba: “¿qué vas a ser de mayor?” yo respondía “Juez”.

»Sin abandonar ese propósito inicié mis estudios en el Colegio de La Milagrosa y continué en el Instituto de mi pueblo. El único valor que le adjudicaba a aquel plan de estudios era el de acercarme a lo que quería ser: “Juez”.

»Inicié la carrera de Derecho en 1979 en Córdoba y me licencié en 1984. Guardo un imborrable recuerdo de mi estancia en Córdoba, aunque me queda la sensación de haberla disfrutado poco porque mis miras estaban puestas en el ingreso en la carrera judicial.

»Empleé dos largos años de mi vida en esa preparación con la ayuda inestimable de mi preparador. ¡Qué vida aquella, cuántos sinsabores y esfuerzos! El tiempo me lo ha compensado. Soy Juez y estoy orgullosa de ello.

»Mi estancia en la Escuela Judicial la recuerdo como algo lejano y breve, escasos tres meses. Pero sí forjé grandes amistades que se mantienen al día de hoy y en su mayoría son compañeros “vitorin@s”.

»Mi primer destino fue en el Juzgado de Distrito número uno de Ibiza donde encontré muchísimo trabajo pero también a unos grandísimos colaboradores y hoy amigos, de quienes guardo muy gratos recuerdos.  Apenas un año después concursé a Loja (Granada) donde había un volumen de trabajo difícil de asumir.

»En 1989 ascendí a Magistrado coincidiendo con la creación de los nuevos Juzgados de lo Penal pasando a ocupar el Juzgado de Instrucción número ocho de Málaga, lo que abrió una etapa profesional de doce años de duración. En 1990 me casé con quien es y será mi compañero de viaje. Tenemos dos hijos de los que nos sentimos muy orgullosos que además han seguido el camino del Derecho. Uno de ellos es opositor y espero que alcance su meta. Tengo una familia que, en cuantos proyectos profesionales me he embarcado, allí han estado ellos, apoyándome como si de algo propio se tratase.

»En el 2002 concursé a una plaza en la Audiencia Provincial de Málaga, y así arranqué mi andadura en los órganos colegiados.  En 2010 tenía ante mí… ¡un nuevo reto! Opte a la Presidencia de la Audiencia Provincial de Ciudad Real, y el Consejo General del Poder Judicial me nombró. Comienzo así una nueva etapa profesional donde se conjuga la actividad gubernativa con la jurisdiccional, confluencia valiosa y experiencia positiva.

»A lo largo de mi carrera profesional he tratado de compatibilizar el trabajo diario y he impartido diferentes conferencias, ponencias, participando también en mesas redondas, en materias tales como delitos contra la ordenación del territorio, seminarios sobre la Ley del Jurado, ejecución de penas, delitos contra violencia de género, mediación, etc.

»Aunque poco deportista, sí soy persona convencida de lo necesario, agradable y positivo que es para la salud “andar”, actividad a la que diariamente le dedico cuando menos una hora. Me encanta pasear escuchando la radio o en otras ocasiones acompañada de mi marido, también aficionado a tales quehaceres.

»Decidí asociarme en 1994, me integré en la Sección Territorial de Andalucía. En 2010 pasé a formar parte de la Sección Territorial de Castilla La Mancha cuando me nombraron presidenta de la Audiencia Provincial de Ciudad Real.

»Durante muchos años fui una asociada de base, pero hay un momento en la vida en que es necesario implicarse más. En 2005 me presenté y fui elegida por mis compañeros de asociación miembro del Comité Nacional, en el que permanecí hasta el 2009. Reconozco que fue un tiempo apasionante, en el que aprendí de mis compañeros, y aunque fue una época bastante convulsa, cuyo punto de inflexión fue la huelga de 2009, forjé buenas amistades y experiencias inolvidables. Me adentré en un mundo desconocido para mí, pasé a intentar llevar a la práctica lo que habían sido hasta entonces meras reivindicaciones “de café”, y puedo decir que fue duro. Era una pugna continua, consciente de que lo que reclamábamos era justo y además factible. Sin embargo, todo eran problemas, y aunque algunas reivindicaciones se consiguieron, aún hoy queda mucho por hacer.

»Carmen Delgado y yo participamos de forma activa en la Comisión de Igualdad del Consejo General del Poder Judicial, donde hubo proyectos interesantes y se progresó bastante en la conciliación de la vida profesional y familiar, de las que destaco, entre otras, la  regulación de la renuncia al ascenso forzoso, una regulación más favorable de la excedencia voluntaria y la reducción de jornada para el cuidado de hijos».

PREGUNTA: Por qué motivo decidiste asociarte? ¿Y por qué a AJFV?

M.J.A.: Llega un momento en que no basta con protestar con los compañeros del café sobre las pésimas condiciones en las que desempeñamos nuestro trabajo sino que es necesario participar más activamente. Las asociaciones judiciales son el instrumento idóneo para encauzar nuestras reivindicaciones. ¿Por qué a Francisco de Vitoria? está claro, es profesional y sin atisbo de vinculación política, algo para mí esencial.

PREGUNTA: ¿Qué es para ti la AJFV?

M.J.A.: Una asociación profesional, asamblearia y reivindicativa, en defensa de los derechos de los jueces y juezas para el desempeño con dignidad de nuestra función y con absoluta independencia del poder político. Nuestra posición no cambia con la alternancia de los partidos políticos en el Gobierno, prueba de ello es que, en ocasiones, más bien casi siempre, se nos ha marginado y no hemos tenido representación en las Instituciones. Pero ello no ha impedido que se nos escuche de una u otra forma y por supuesto que se nos respete, precisamente por nuestra neutralidad política.

PREGUNTA: ¿Crees que existe un “espíritu vitorino”? ¿Cómo lo definirías?

M.J.A.: Por supuesto que existe, se palpa en el ambiente especialmente en las Asambleas, donde se discute, hay confrontación dialéctica y a continuación se confluye; esa es la grandeza de esta asociación.  Nosotros podemos llevar a gala que no sólo decimos que somos independientes y ajenos al poder político sino que efectivamente lo somos.

PREGUNTA: ¿Has echado o echas de menos una mayor presencia femenina en el Comité Nacional? ¿Qué cuestiones crees que se deberían abordar en materia de conciliación para conseguir que más compañeras se presenten a cargos representativos o gubernativos en nuestra carrera?

M.J.A.: Cuando decidí formar parte del Comité Nacional lo hice bajo el prisma de conciliar mi vida profesional con la familiar. Mis hijos tenían una edad en la que, según mi parecer, ya no precisaban de tanta atención. Craso error. Las mujeres tenemos que buscar fórmulas que compatibilicen esa participación activa en la Asociación. Al margen de las medidas legales para la conciliación de  la vida familiar y profesional es fundamental un cambio de mentalidad en las mujeres. No cabe el sentimiento de culpabilidad. Nuestros hijos nos necesitan sí, pero a la figura paterna también. Tanto el padre como la madre somos necesarios y la responsabilidad paterna también existe.

Las mujeres hemos de participar de forma activa tanto a nivel asociativo como en el acceso a puestos de responsabilidad en la carrera judicial. Basta con comparar la edad de acceso a cargos de decisión entre los jueces y juezas para darse cuenta. Razones pueden ser muchas, pero la fundamental es la dedicación durante un periodo importante de nuestra vida a la crianza de nuestros hijos e hijas.

Preocupante resulta que en los puestos de decisión y responsabilidad en la carrera judicial el número de mujeres que lo ocupan sea ínfimo en relación a los hombres, tema que debe ser objeto de reflexión, por quienes deben decidir sobre los nombramientos discrecionales.

PREGUNTA: Cómo ves el asociacionismo judicial en España? ¿Y la situación actual de AJFV?

M.J.A.: El asociacionismo judicial actualmente goza de mejor salud que en otras épocas. En general los compañeros y compañeras valoran y comprenden las ventajas de integrarse en las asociaciones judiciales.  Es el cauce útil e idóneo para la reivindicación de nuestras mejoras en las condiciones en el desempeño de nuestra actividad jurisdiccional, y qué decir tiene, en las reivindicaciones de nuestras condiciones profesionales, tales como la prevención de riesgos laborales, la remuneración, etc.

Tenemos una oportunidad de oro, no la desaprovechemos. La actual unidad de acción de las asociaciones judiciales es esencial para que se nos escuche, y para que se atiendan tantas y tantas reivindicaciones que han caído en el sueño de los justos. Tenemos retos en el horizonte que deben unirnos a todos.

Respecto a la situación actual de AJFV se constata que está en constante crecimiento, fruto de ser una asociación seria, reivindicativa y neutral políticamente, lo que nos ha llevado a una captación de muchos asociados entre las nuevas promociones de la judicatura, que con la inquietud que les caracteriza vienen empujando y alentando ese espíritu vitorino al que antes he hecho referencia. Las últimas promociones de jueces y juezas padecen un problema que las generaciones anteriores no padecimos. La perspectiva de ocupar un destino definitivo tras su paso por la Escuela Judicial resulta harto difícil, cuando no imposible ya que su situación de interinidad en los diferentes destinos se prolonga excesivamente en el tiempo. Es necesario regularizar esa situación y ello pasa por la creación de nuevos órganos judiciales atendiendo a las necesidades reales.

PREGUNTA: ¿Cuál es tu percepción de la situación actual de la Carrera Judicial? ¿Y de su evolución desde que perteneces a ella? ¿Qué reformas del estatuto del Juez serían necesarias para mejorar las condiciones de nuestra profesión?

M.J.A.: La Carrera judicial, al igual que el resto de estamentos profesionales en el sector público o privado hemos padecido y padecemos las consecuencias de la crisis económica. Así, algunas reformas legales supusieron un retroceso importante en nuestras condiciones profesionales y económicas, tales como una regulación del régimen de sustituciones muy restrictiva, reducción de los días de permiso, vacaciones anuales, reducción drástica de nuestro sueldo, congelación de las retribuciones durante seis años aproximadamente y paralización generalizada en la creación de nuevos órganos judiciales. Se percibe una sensación de decaimiento, frustración y descontento, se trabaja sin descanso, pero nunca se ve la meta. Esto genera una sensación de impotencia ante las desoladoras cargas de trabajo que hemos de asumir.

Sobre estas bases, es necesario negociar de una vez por todas la Ley de Retribuciones y delimitar la carga de trabajo, determinar la necesaria creación de órganos judiciales y valorar correctamente el desempeño de la función jurisdiccional.  Una reforma urgente de la planta judicial que suponga una redistribución de los partidos judiciales, con supresión de algunos de ellos y creación de otros. Por el momento no me pronuncio sobre los Tribunales de Instancia, puesto que los proyectos de ley que han visto la luz no implicaban decididamente una mejora en la calidad de la Justicia, pues cualquier reforma de la Justicia que se precie tiene que ir dotada presupuestariamente, y por el momento a todas las leyes que se publican se les incorpora la consabida coletilla “no supondrá un incremento presupuestario”.

PREGUNTA: ¿Te has sentido alguna vez inquietada o presionada en tu labor como Magistrada? ¿Ha llegado a afectar a tu vida personal? En caso afirmativo, señala si has encontrado algún tipo de amparo o de protección.

M.J.A.: Nunca me he sentido inquietada en el desempeño de la función jurisdiccional. La grandeza del juez es su independencia y yo siempre me he sentido independiente. Puedes estar más o menos preocupada por los asuntos que dependen de tu decisión o la instrucción de las causas, pero eso nada tiene que ver con la independencia. Los asuntos mediáticos no los provocamos nosotros, son ajenos a nuestra función, nos limitamos a juzgar y ejecutar lo juzgado, cumpliendo el mandado constitucional.

PREGUNTA: ¿Existe un verdadero respeto a la independencia judicial?¿Qué sería necesario para que mejorasen los niveles de independencia judicial?

M.J.A.: Como premisa hemos de partir de que los jueces somos independientes, pero no sólo porque así se reconoce constitucionalmente y en nuestro estatuto profesional sino porque ejercemos.  Somos independientes en el desempeño de nuestra función jurisdiccional. Cuestión distinta es la percepción que se tenga por el ciudadano, muy congestionado por las informaciones que en ocasiones se facilitan de manera intencionada y que pudieran poner en duda mediáticamente la independencia de los jueces. Con ello no me refiero a los medios de comunicación, sino a aquellas personas que por uno u otro motivo acceden a los Tribunales de justicia y que, por su relevancia pública y /o política, instrumentalizan la figura del juez instructor o Tribunal sentenciador “a su entender” para enturbiar la instrucción de las causas o su enjuiciamiento. Pero esta actuación es ajena al juez.

Hemos de transmitir con claridad a la sociedad cómo trabajamos. Así como nuestro trabajo es transparente, la información que percibe el ciudadano también debe serlo.  Es el medio más adecuado para mejorar la imagen de la Justicia que se ha visto deteriorada por aquellos que no quieren que la Justicia funcione. Es necesario romper esa percepción, pues si la sociedad pierde la confianza en sus instituciones, quiebra el Estado de Derecho.

Contribuiría a mejorar la imagen de la carrera judicial una reforma en profundidad del modelo de elección del órgano de gobierno de los jueces mediante fórmulas que lo alejen de la aparente politización que puede derivarse del sistema de designación actual, reflejo de arco representativo de los partidos políticos. También sería necesaria una nueva regulación de los nombramientos discrecionales de los cargos judiciales.

Ya lo decía Miguel de Cervantes en El Quijote, “La Justicia no es algo que se deba recibir de los gobernantes sino es una virtud que todos deben practicar con los demás.”

De futuro sería recomendable, cuando no imprescindible, que de una vez por todas y como poder del Estado que somos, se nos dotase de autonomía presupuestaria, pero eso, por el momento es una quimera.

PREGUNTA: ¿Podrías describirnos tu experiencia como presidenta de un órgano colegiado? ¿Cómo se desarrolla la convivencia cotidiana con los compañeros de la Audiencia Provincial?

M.J.A.: La función fundamental del presidente de la Audiencia Provincial es velar por su correcto funcionamiento y para ello resulta imprescindible la implicación de los compañeros, y afortunadamente su colaboración lo es en el día a día.  Son excelentes personas y mejores profesionales.

Es esencial coordinar la actividad jurisdiccional de las secciones para evitar incurrir en pronunciamientos contradictorios. Es imprescindible la convocatoria de plenos de los Magistrados de las secciones para conseguir una unificación de criterios, pues ello supone generar seguridad jurídica, evitando la disparidad de criterios, con la correlativa consecuencia de un buen funcionamiento de la Justicia.

Procuro un dialogo continuo con los titulares de los órganos jurisdiccionales de toda la provincia para conocer su problemática y carencias en el desempeño de sus funciones jurisdiccionales; con las autoridades y profesionales en general, así como con los responsables de las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado, buscando la mayor colaboración y entendimiento posible, en aras de su mejor solución y ayuda a mejorar el servicio público de la Justicia.

A grandes rasgos esta es la actividad que desempeño al margen de la jurisdiccional y aunque no pueda decirse que sea un camino de rosas, estoy rodeada, como antes he dicho, de grandes profesionales y muy buenos compañeros, lo que facilita sin duda mi función.

PREGUNTA: ¿Te ha supuesto algún problema el venir destinada desde otra Comunidad Autónoma o el hecho de ser mujer?

M.J.A.: Ningún problema tuve para integrarme en Ciudad Real, a nivel personal y profesional, y tampoco me he sentido discriminada por ser mujer.  Los manchegos y los ciudadrealeños acogen muy bien a los que venimos de fuera. No fue difícil adaptarnos porque quienes nos rodeaban lo hicieron fácil.

PREGUNTA: ¿Qué opinas sobre la disposición de medios personales y materiales en la Administración de Justicia?¿Y en particular en Ciudad Real?

M.J.A.: La lista de necesidades sería interminable. Al margen de la ampliación de la planta judicial es necesaria la construcción de nuevos edificios judiciales, rehabilitación de los ya construidos, dotación de suficiente personal y con la debida formación en las oficinas judiciales, implantación del expediente digital de forma racional, etc.

Desde que tomé posesión como presidenta de la Audiencia Provincial de Ciudad Real, consciente de las importantes carencias que sufría y sufre la Justicia en general y en particular en Ciudad Real, he venido reivindicando insistentemente su mejora, pero por el momento mis pretensiones no han tenido respuesta. No por ello decaigo, pues esto es como el agua de lluvia que, aunque lenta y escasa, cala en la tierra y finalmente da sus frutos. Eso es lo que yo espero, que en un futuro más próximo que lejano se haga realidad

Considero muy importante que la implantación del expediente digital se haga de forma racional para poder aprovechar el esfuerzo de todos los que hemos de contribuir al éxito de ese sistema en beneficio de la Administración de Justicia. Ello precisará de una adecuada dotación presupuestaria para mejorar el sistema de gestión procesal y favorecer su progresiva implantación. Resulta imprescindible proporcionar la información y formación que puntualmente sea necesaria a los Jueces y Magistrados en relación al expediente digital, con una activa participación del Consejo General del Poder Judicial. Actualmente son frecuentes los fallos de las aplicaciones informáticas que impiden un uso ágil de la firma digital por la insuficiente capacidad del gestor para soportar el número de usuarios.  Soy consciente de las ventajas que en un futuro próximo reportará la implantación y funcionamiento del expediente digital, pero debemos exigir la participación de todos aquellos que somos sus destinatarios para su correcto funcionamiento. No podemos olvidar que tanto la oficina judicial como los medios técnicos e informáticos tienen como fin último facilitar el ejercicio de la función jurisdiccional, contribuyendo a su mejora y optimización. El expediente digital judicial se ha de entender como un medio y nunca como un fin en sí mismo.

PREGUNTA: ¿Y sobre la planta judicial y la ratio de jueces por habitante? ¿Qué reformas serían necesarias para mejorar la eficacia de la Administración de Justicia?

M.J.A.: Claramente resulta insuficiente la planta judicial. El número de jueces y juezas por habitante resulta ínfimo en comparación con cualquier otro país de nuestro entorno, de modo que precisaría de creación de órganos judiciales, pero desde luego con un profundo estudio previo de cargas de trabajo y remodelación de la planta judicial acomodándolas a las necesidades en cada partido judicial. No me puedo pronunciar en este momento sobre si los Tribunales de Instancia son el modelo idóneo pero no tengo duda de que se precisa una reforma en profundidad con el objetivo de desempeñar nuestra función con dignidad y con una carga de trabajo asumible.

PREGUNTA: María Jesús, siempre disfrutas muchísimo en las Asambleas Nacionales en las que participas activamente. ¿Por qué siempre te quedas sin voz?

M.J.A.: Mis cuerdas vocales me juegan malas pasadas…. me quedo sin voz, ja, ja, ja.

Entrevista realizada por Eduardo López Causapé y Beatriz Muñoz Yangüela.