
Crónica: Jornadas 40 años de Constitución
“EL MARQUÉS DE SADE Y LOS REYES MAGOS”
JORNADAS DE HOMENAJE AL 40º ANIVERSARIO DE LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA
SECCIÓN TERRITORIAL DE MADRID AJFV
A casi todo el mundo le gusta la fiesta de los Reyes Magos, incluso a quien no cree en los Reyes Magos, lo que desde luego no es mi caso.
El epitafio es un arte. Macabro, puede ser, pero arte. ¿Acaso no es ejemplo de ambas cosas el epitafio del Marqués de Sade: “no viví más porque no me dio tiempo”?
La Sección Territorial de Madrid de la AJFV llevó a cabo los días 22 y 24 de Octubre dos jornadas de homenaje al 40º (léase cuadragésimo y no cuarentaavo) aniversario de la Constitución española, nada menos que en las mismísimas sedes del Congreso y del Senado.
Si tenéis curiosidad por saber qué tienen que ver entre sí los Reyes Magos, los epitafios y el Marqués de Sade con nuestra Asociación, con la Constitución y con las Jornadas que os he dicho, tendréis que leer este artículo hasta el final. Si sencillamente dudáis del coeficiente intelectual del articulista, no hace falta que sigáis leyendo más, os confirmo vuestra impresión y ya podéis continuar con vuestras sentencias.
El verdadero cerebro y muñidor de las dos Jornadas ha sido Javier Pérez, nuestro compañero vitorino del Comité Territorial de Madrid. De él (y del odio que siento por él) ya os he hablado en otros artículos. Ahora mi odio es aún mayor. Porque fue Javier quien tuvo la magnífica idea, quien contactó personalmente con los ponentes y quien ha organizado (y no ha sido sencillo, doy fe) los actos en el Congreso y en el Senado.
“Epifanía” es una palabra griega que significa “manifestación de una cosa”. La fiesta así llamada que el cristianismo nos ha donado conmemora la manifestación del Hijo de Dios a los tres magos de Oriente, pero se ha ido transformando, bajo los auspicios del Corte Inglés, en la “fiesta de los Reyes Magos” que todos conocemos y que tanto nos gusta. Pues bien, Javier Pérez se empeñó en que vinieran los tres Reyes Magos a las Jornadas y lo consiguió. El acto del Congreso contó con la presencia de los tres “padres de la Constitución de 1978” vivos y eso, amigos, fue un verdadero privilegio. Estos tres “magos de la Constitución” vinieron a nuestro acto y nos trajeron su regalo, en forma de tres magníficas intervenciones ante el numerosísimo auditorio, que incluía a la Fiscal General del Estado, vocales del CGPJ y a la Consejera de Justicia de la CAM. Sospecho que la mayoría de jóvenes de hoy en día, cuando oigan hablar de Herrero, Roca y Pérez-Llorca, pensarán que es la delantera de algún equipo de fútbol. Pero los que sí sabemos quiénes son y lo que representan disfrutamos hasta la emoción de sus palabras y de su mera presencia. Cada uno en su estilo, glosaron lo que significó el proceso político que dio lugar a la Constitución, nos explicaron las dificultades que vivieron y la altura moral que se requirió para alcanzar el pacto fundacional de nuestra democracia. Los tres trataron la cuestión de su posible reforma, de la que tanto se habla. Lo hicieron desde sus aspectos más técnicos, como Herrero; o alertando del enorme riesgo político de los “saltos en el vacío”, que en aquel año 78 se quiso evitar a toda costa, como fue el caso de Pérez-Llorca; o bien recalcando la dificultad de alcanzar un pacto tan amplio y aceptado como el del 78, como lo hizo Miquel Roca en su soberbio discurso, que os recomiendo escuchar en la “web”. Los ponentes constitucionales no eludieron, pues, el espinoso tema de la modificación del texto constitucional, o de su sustitución. ¿Serán “cuarenta años y ni un día más”, como dijo Pérez-Llorca; o “cuarenta años y otros cuarenta” como apunto Roca? Y es aquí donde llega lo del epitafio, porque no me negaréis que cualquiera de estas sentencias que entrecomillo tiene el aroma innegable de un posible epitafio a la Constitución del 78, a la postre triste o irónico, según el camino que tome el futuro político de la Nación.
También fue hermoso el acto del día 24 en el Senado, en otro marco (perdonadme el lugar común, pero es el adjetivo que toca) incomparable. Con otra magnífica entrada, la jornada tuvo un perfil más judicial y se centró en repasar la relación entre la Constitución y los distintos órdenes jurisdiccionales. Dirigieron el acto Natalia Velilla, miembro (¿/a?) del Comité Nacional de AJFV; e Ignacio de Torres, portavoz (¿/o?) de la Sección Territorial de Madrid. Y luego llegaron los ponentes. Menudos ponentes. Primero, Santiago Martínez-Vares, magistrado del Tribunal Constitucional. Más tarde, nuestros queridísimos compañeros Francisco Marín, Carlos Granados, Lourdes Arastey y, como cierre, nuestro portavoz nacional Raimundo Prado. Todo un lujo. Os recomiendo que busquéis sus intervenciones en la “web”. No solo han alcanzado la cima de nuestra profesión, sino que son tan buenos compañeros y tan generosos que siempre están dispuestos a prestigiar nuestros actos. Finalmente hubo una intervención más de un miembro del Comité Territorial de Madrid en homenaje a la Constitución y clausuró el acto Raimundo Prado.
Además de su epitafio, el Marqués de Sade escribió algunas otras frases verdaderamente ingeniosas. Se supone que lo hizo en el tiempo que le dejaban el resto de sus famosas ocupaciones y no en el transcurso de las mismas, aunque a mí me gusta pensar que era capaz de hacer bien varias cosas al mismo tiempo. Una de esas sentencias afortunadas es la que dice que “la verdad suscita menos imaginación que la ficción”. Es muy cierto. Esta reflexión debería prevenirnos de los cantos de sirena que nos hablan de las bondades inefables de cambiar el régimen del 78, frente a la realidad de los inmensos logros alcanzados por nuestro país en estos cuarenta años de Constitución. Las Jornadas organizadas por la Sección Territorial de Madrid de la AJFV para homenajear a la Constitución no deben ser un prólogo a su epitafio. No queremos que eso suceda. Nacieron con vocación de “epifanía” constitucional y estamos seguros de que así las hemos disfrutado y así las recordaremos.
Entre tanta epifanía, tanto Sade, tanto rey mago y tanto epitafio (¿a que sí que tenían relación?), no se me puede olvidar lo esencial: felicitar a la Sección Territorial de Madrid, a su Comité, con Ignacio de Torres a la cabeza y, por encima de todos, a Javier Pérez, el responsable de este regalo prenavideño para la AJFV. Dudo de que nuestra Asociación haya organizado jamás una actividad de esta altura, por la categoría de los ponentes y por el marco (marcos) en que se ha celebrado. Puede que las haya habido más concurridas, más extensas, más repetidas, o más lejanas. Seguramente muchos estén pensando en las famosas Jornadas del “Derecho al Turismo” de Cuba y sonrían. Pero se equivocan, porque aquella mítica actividad vitorina no se caracterizó por su altura, sino por su profundidad. Así que el listón ha quedado muy alto, en todo lo alto. Le tomo prestada una última frase al Marqués de Sade. Llegados a este punto, creo que se lo ha ganado y prometo que no volveré a incluirlo en ninguna crónica: “Cualquier gozo disminuye cuando se comparte con otras personas”. Bien claro refleja que hasta el Marqués de Sade puede quedarse “demodè” en lo suyo, que era lo de las perversiones. En lo que a mí respecta, también desmiento al Marqués. Ha sido un verdadero gozo participar de las Jornadas de Homenaje al 40º aniversario de la Constitución y compartirlo con mis compañeros. Sólo me resta desearos que lleguemos todos juntos al homenaje asu 75º, por lo menos. En esto último la epifanía, sin la menor duda, nos conviene mucho más que el epitafio.
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