Hugo Novales
HUGO NOVALES BILBAO

Hace más de dos meses que publicamos la última entrevista de esta Sección. Solo en períodos de verano habíamos estado tanto tiempo sin compartir con vosotros el perfil, las experiencias y las opiniones de nuestras compañeras y compañeros vitorinos. Pero la realidad de estos días extraños y sin precedentes ha golpeado e inundado nuestras vidas, las de todos. Sin embargo, tenemos el deber de recuperar, poco a poco y en la medida de lo posible, lo que éramos y lo que teníamos, y sin duda lo haremos. Por ese motivo queremos dar vida otra vez a esta Sección y con ello aportar nuestro granito de arena para que la Asociación Francisco de Vitoria recupere totalmente su actividad y encare los retos que se nos van a plantear con ilusión, con empuje y con valentía.

Al pensar en esos valores no hemos tenido duda respecto al protagonista de esta nueva entrevista vitorina. Ya que si algo caracteriza a nuestro compañero HUGO NOVALES BILBAO es precisamente el empuje y la bravura con que aborda siempre sus retos personales y profesionales, y la valentía de que hace gala a la hora de expresar sus opiniones, de formar su criterio y de actuar en consecuencia. Hugo no da la espalda a las situaciones que se le plantean y si hay que marcharse a trabajar a otro lugar, pues se hace, si hay que cambiarse de orden jurisdiccional, pues se cambia, y si hay que aceptar compromisos serios en la Asociación, pues se aceptan, y se trabaja con ahínco. Todo esto viene acompañado de un carácter afable, de una habilidad de buen conversador siempre con puntos de vista interesantes y enriquecedores, y de una vocación innegable de disfrutar de la vida que acaba siendo contagiosa. Puede que sea un tópico que el aragonés es persona noble, vehemente y sin doblez, pero en el caso de Hugo Novales el tópico se convierte en realidad ya que si la nobleza es un rasgo de su tierra, podemos afirmar que nos hallamos ante un “insigne aragonés”.

Hugo nació un 11 de febrero de 1966 en Huesca. Tercero de cuatro hermanos, se muestra conforme con su posición en la familia ya que opina que hallarse en ese estado intermedio en el que “ni fu ni fa” le obligó a espabilarse y a abrir su propia senda, a hacer las cosas a su manera. No ha habido en su familia ninguna persona relacionada con el mundo del Derecho, ni mucho menos con la Judicatura. Su padre tenía una tienda de zapatos en la capital altoaragonesa y con su dedicación al negocio sacó adelante a toda la familia, lo que, además de llenar de orgullo a Hugo, le llevó a decidir que él no iba a dedicarse a vender zapatos, decisión de la que hasta la fecha no se ha arrepentido.

Cursó sus estudios de BUP y COU en el Instituto Ramón y Cajal de Huesca, y sus estudios superiores, como casi todos los oscenses de su generación, en la Universidad de Zaragoza, ciudad a la que por ese motivo estuvo también vinculado en aquella época. Aunque manifiesta no haber destacado como buen estudiante, acaba reconociendo que era irregular pero eficaz. Eficacia de la que no podemos dudar dado el resultado conseguido. Durante este tiempo no desarrolló una actividad laboral fija. Tuvo alguna ocupación esporádica veraniega (llegó a hacer de feriante en unas fiestas de pueblo), y sobre todo se dedicó a ayudar  en el negocio familiar. Pero considera que su primera experiencia laboral verdadera fue como juez.

Aunque comenzó a preparar las oposiciones de Judicaturas en Zaragoza, fue en el Centro de Estudios Financieros donde prosiguió y donde considera haberse preparado realmente. Aprobadas las oposiciones, accedió a la Escuela Judicial (la última de Madrid) en septiembre de 1995 y en junio de 1996 fue destinado a la isla de Lanzarote donde inició su andadura profesional y donde permaneció cuatro años de los que guarda un gratísimo recuerdo en todos los aspectos, y ello a pesar del ingente volumen de trabajo y de lo complicado de la plaza a nivel profesional. Durante un período de seis meses estuvo de excedencia por paternidad, situación en la cual fue un pionero.

Llegó el ascenso a la categoría de Magistrado y el consiguiente traslado que lo condujo a Cataluña, donde ha permanecido hasta la fecha. Así desempeñó su función en un Juzgado Mixto de Girona y en el año 2004 pasó a una plaza en un Juzgado de Lo Social de la misma ciudad donde permaneció cinco años. Por no seguir la opinión de quienes mantienen que la jurisdicción social es de ida pero no de vuelta, en 2009 pasó a ocupar el Juzgado de Lo Mercantil Único de Girona, y subraya lo de único por la insuficiencia de un solo Juzgado para todos los asuntos mercantiles de una provincia como esa. Pese a la intensa presión de dicha plaza permaneció en la misma nueve años y ya en 2018 fue destinado al Juzgado de Instrucción nº 4 de Barcelona donde se halla actualmente.

Hugo ha ejercido cargos gubernativos dentro de la Carrera Judicial. Así fue Juez Decano de los Juzgados de Arrecife durante dos años por antigüedad, pero también lo fue en Girona durante dos mandatos, y en este caso por elección, lo que constituye una muestra de su vocación de compromiso pero también de su prestigio entre los compañeros. Mantiene la opinión de que los cargos no deben ser perpetuos sino temporales ya que siempre llegará gente nueva que lo pueda hacer mejor que tú. Sin embargo, Hugo no se ha prodigado en actividades profesionales fuera de la Carrera Judicial. Nos dice que la Judicatura, que le encanta y considera puramente vocacional, agota toda su capacidad profesional y que cualquier dedicación ajena a ella superaría su capacidad de sacrificio laboral. Solamente durante un curso impartió clases de Derecho Mercantil en la Facultad de Derecho de Girona, pero decidió no continuar al curso siguiente y no se ha arrepentido en absoluto de tal decisión.

En lo que sí se ha prodigado Hugo Novales, con un serio compromiso y con una dedicación y esfuerzo innegables, ha sido en las actividades asociativas dentro de la Asociación Francisco de Vitoria. Se dio alta en la Asociación en 2001 cuando estaba destinado en Lanzarote. Cómo no hacerlo con esa sección canaria (entonces única para todas las islas) tan poderosa y persuasiva. Tras su traslado a Girona y hasta la fecha ha estado integrado en la sección catalana. Guarda como uno de sus recuerdos más valiosos su paso por el Comité Nacional de la Asociación (2013-2017) donde durante cuatro años compartió su tiempo, preocupaciones y responsabilidades con unos compañeros y compañeras que califica de magníficos. Está satisfecho de su contribución a que la Asociación haya evolucionado hasta lo que es hoy. Aunque dice haber puesto “su granito de arena”, somos muchos los que sabemos que puso mucho más que eso. Actualmente sigue trabajando de forma activa para la Asociación en el Servicio de Ayuda al Asociado, magnífico recurso asociativo que se revela esencial en momentos de dificultades profesionales y que también opera como órgano consultivo.

Por lo demás, Hugo Novales es un hombre de gustos sencillos al que le encanta disfrutar de las pequeñas cosas y que encuentra satisfacción en múltiples actividades, todas ellas ajenas al mundo jurídico, como viajar, socializar, leer, ver cine, estudiar idiomas, andar en bicicleta, pescar (para él una experiencia insuperable), esquiar, y por supuesto tomar unas cañas en buena compañía (y si son madrileñas, mejor).

Tenemos que confesar que en el caso de Hugo entrevistamos, además de a un compañero, a un amigo. No es la primera vez y esperamos que no sea la última. En estos casos siempre hay una dosis de responsabilidad derivada del deseo de que la entrevista esté a la altura del afecto y la consideración, pero al final acaba primando el buen rato que pasamos preparando la entrevista y la satisfacción de que los lectores podáis conocer un poco mejor a un compañero que ocupa con todo merecimiento la Sección “Vitorinos” este mes.

PREGUNTA: ¿Podrías definir de forma concisa a la Asociación Francisco de Vitoria? ¿Qué te impulsa a formar parte de la misma?

La Asociación Francisco de Vitoria es evidentemente y ante todo un colectivo profesional, una asociación de compañeros en la que encuentran respuesta tus inquietudes profesionales y que te ofrece un cauce para hacerlas oír o simplemente para compartirlas. Pero es mucho más… Es un punto de encuentro de compañeros, y más todavía de conocidos y amigos, es también un medio de información enormemente plural donde encontramos comunicados, propuestas, opiniones, artículos y un largo etcétera, y es por supuesto una caja de resonancias donde un voto cuenta, una opinión se hace sentir,  un comentario se difunde, una intervención se aplaude o una idea se transforma en ideario colectivo… Ya sé que esto no es conciso, por eso resumo diciendo que la Asociación Francisco de Vitoria es un colectivo plural, honesto y exclusivamente profesional en el que la búsqueda de la mejora constante de la Carrera Judicial es su objetivo prioritario.

Lo que me anima a permanecer en esta Asociación después de tantos años es precisamente que mantenga íntegro su espíritu de asociación profesional ajena a ideologías y a pretensiones, honesta y absolutamente necesaria en esta Carrera Judicial a veces tan polarizada. En fin, que para mí ser Juez y Vitorino (ambos con mayúsculas) van de la mano.

PREGUNTA: En una asociación tan numerosa, ¿qué es lo que nos une a los vitorinos? ¿Existe un “espíritu vitorino”? ¿Qué es para ti?

Por supuesto que existe un espíritu vitorino, sin duda, y es precisamene lo que cohesiona y cimenta esta Asociación y a sus integrantes que son (somos, perdón) una amalgama de orígenes, de pensamientos e ideologías absolutamente diversos hasta el punto de que en realidad lo que somos es más de ochocientas (y se dice pronto) individualidades con una voz común, la expresada por la Asociación y esto es decir mucho. Y esa pluralidad, esa diversidad unificada bajo un principio y un objetivo común es lo que nos caracteriza y además y sobre todo, es lo que nos fortalece, lo que nos ha convertido en lo que somos y en lo que seremos si el optimismo nos invade: la primera Asociación profesional de la Carrera Judicial… ahí es nada.

¿Y cuál es ese elemento cohesionador que conforma el “espíritu vitorino”? Pues se trata simplemente del afán común de ser Jueces, de ser mejores jueces y de ejercer en mejores condiciones, del aprecio íntimo por esta maltratada Carrera Judicial, de la convicción individual y colectiva de que a los mejores puestos orgánicos y jurisdiccionales lleguen los mejores de entre todos/as, la creencia firme en el mérito, la experiencia (la judicial, no la política, que esa nos repugna) y la capacidad de los seleccionados, el no ser ni de unos ni de otros sino de nosotros mismos, no ser de centro ni moderados sino Jueces y Vitorinos, de no medrar sino de ascender, de no pedir sino de reclamar, de hacer pasillos solo para ir del ascensor hasta el despacho…, en definitiva creer en nuestra profesión, el papel que desempeñamos en la sociedad, el servicio público que prestamos y luchar por la mejora de todo ello. Puede que esto no resulte fácil, pero la dificultad del camino sinuoso nos hace crecer.

PREGUNTA: ¿Cómo ves la situación actual de AJFV? ¿En qué ha evolucionado la Asociación desde que estás en ella?

Pertenezco a esta Asociación hace muchos años, ni sé exactamente cuantos y desde el principio no ha hecho más que mejorar y yo diría que los últimos años de manera más intensa, profesional y diversa. Tenemos una publicación periódica a base de cuadernos de diferentes Jurisdicciones que es un auténtico lujo, un servicio de ayuda al asociado que renovado orgánica y estatutariamente está llevando a cabo una magnífica labor de asesoramiento y apoyo en casos de compañeros/as que se ven inmersos en situaciones que resulta difícil afrontar en soledad, un Comité Nacional cada vez más implicado y consciente de su papel en la Asociación, en la Carrera y aún en la sociedad y muchas cosas más. Pero, y lo dejo para el final, la mejora más relevante de nuestra Asociación cualitativa y cuantitativamente es sin duda la de las personas que la integran, la de esos más de 800 Vitorinos/as que constituyen nuestro principal activo y nuestra principal fuerza. Un caudal humano extraordinario y difícilmente mejorable.

Es evidente que estas letras están escritas y suscritas por un Vitorino y es que la imparcialidad yo la dejo para las sentencias, aquí escribo con el corazón…¡Qué le vamos a hacer!

PREGUNTA: ¿Ha cambiado la Carrera Judicial desde que ingresaste en ella? ¿Crees que en este tiempo ha evolucionado la percepción de la sociedad sobre los jueces? ¿Cuáles son los aspectos positivos y negativos de esa percepción?

Más bien pienso que la Carrera Judicial ha evolucionado, no tanto cambiado, y que además ha evolucionado a mejor al menos en muchos aspectos, pero queda todavía mucho por hacer ya que el ritmo de evolución o adaptación a los cambios sociales siempre es demasiado lento, a veces desesperadamente lento.

En cuanto a la percepción de la sociedad sobre los jueces siempre he tenido la impresión de que dicha percepción está distorsionada y sustentada sobre pilares falsos, basada no tanto en la realidad sino más bien en el desconocimiento y en el efecto perverso de una información no siempre bien dirigida o directamente manipulada (salarios excesivos, horarios benignos, dejadez profesional, exceso de poder…). En dicha percepción también influyen dos realidades que nos trascienden y contra las que poco podemos hacer: en primer lugar la sensación (real) de infiltración política en el Poder Judicial en sus múltiples versiones, y en segundo lugar el hecho incuestionable de que nuestra labor resolutiva tiene un componente de castigo, de condena, de imposición o de represión, y a nadie le gusta que le quiten la razón o simplemente que no se la den, o peor aún que le quiten la libertad.

PREGUNTA: ¿Cuáles son, en tu opinión, las medidas que, a nivel personal, asociativo, o de carrera en su conjunto, podrían adoptarse para conseguir reformas que mejoren nuestras condiciones profesionales, nuestra independencia y los medios para desempeñar nuestra función?

Ufff, se podrían/deberían adoptar un montón de medidas que supondrían la mejora de nuestras condiciones profesionales y de nuestra labor de servicio público. Resulta difícil no explayarse pero tampoco quiero ser exhaustivo, por eso ahí van unas pocas: Modificación inmediata del sistema de designación de los miembros del Consejo General del Poder Judicial de manera que se nos otorgue a los integrantes de la Carrera Judicial una mayor capacidad de decisión en su conformación lo que reducirá la percepción de politización de la justicia y al mismo tiempo repercutirá en una mayor confianza en el mérito y capacidad de los designados para cargos discrecionales. Mejora de las condiciones económicas, y no me refiero a una subida salarial lineal y menos en el momento actual pero sí paliar alguna situación que resulta lacerante como es el pago digno de las guardias de mañana, tarde y fines de semana durante 8 días consecutivos, el salario de los jueces que ingresan en la Carrera Judicial, y en general los destinados en poblaciones con categoría de juez, el salario de los alumnos de la Escuela Judicial, las sustituciones obligatorias etc. Desarrollo integral de herramientas informáticas que faciliten nuestro trabajo en vez de dificultarlo. Mejora y adaptación de muchas sedes judiciales que resultan indignas. Determinación de un baremo de salud laboral. También me sigue gustando la idea de carrera horizontal como principio organizativo que ha sido defendida por nuestra Asociación en diversos foros.

Hugo Novales

PREGUNTA: Durante cuatro años formaste parte del Comité Nacional de AJFV. ¿Qué supuso para ti esta experiencia? ¿Transformó de alguna manera tu visión de la Asociación? ¿Te volverías a presentar como candidato en unas futuras elecciones?

Como experiencia fue fantástica y desde luego aconsejable y no tengo duda de que pasar por ella ha incrementado mis vínculos afectivos con la Asociación y el respeto a la labor del Comité Nacional cualquiera que lo integre. El CN te permite vivir la Asociación desde dentro, tomarle el pulso, formar parte de sus decisiones, hablar por ella…es una visión diferente y desde luego un gran compromiso.

Y no. No volvería a presentarme como candidato a pesar de que fue una grata experiencia en la que se forjaron amistades entrañables y que me dejó una huella indeleble, pero que forma parte de mi pasado Vitorino. El presente es ya para compañeros/as que tengan las ganas, la ilusión y el compromiso que tuve yo hace unos años. Estuvo muy bien mientras duró…

PREGUNTA: Actualmente sigues vinculado a la actividad asociativa a través de la CODA (Comisión de Defensa del Asociado). Nos gustaría que nos explicases brevemente el funcionamiento y cometidos de dicha Comisión. ¿Disponéis de recursos personales suficientes para desempeñar vuestra función? ¿Crees que es un servicio conocido y valorado por los asociados?

Si, efectivamente, soy parte integrante del CODA y ello me permite seguir vinculado a la Asociación de una manera más activa y colaboradora y la verdad es que resulta gratificante porque este servicio de ayuda y de defensa del asociado está llevando a cabo una función que creo que es muy relevante, que pasa completamente inadvertida cuando no la necesitas pero que puede convertirse en un punto de apoyo y hasta en imprescindible cuando pasas por un infortunio profesional que te lleva a buscar ayuda o consejo o una opinión profesional. Son diversos los ámbitos en que podemos prestar esta labor de orientación y ayuda y en particular se nos ha requerido en cuestiones disciplinarias donde hemos llegado a plantear serias dudas en el ámbito de la acción disciplinaria por la deficiente normativa que la regula a pesar de las graves repercusiones que puede tener. También en cuestiones orgánicas hemos analizado diversos puntos de la normativa que nos afecta y que no siempre es de fácil comprensión o interpretación, tratando de dar respuesta a las dudas de los compañeros (jubilación, prestaciones, bajas por enfermedad, concursos de traslados etc.) Trabajamos siempre en coordinación con el Comité Nacional pues en ocasiones parte de esta Comisión la propuesta al CN para que plantee la cuestión o la controversia a la instancia que corresponda (Ministerio de Justicia, Consejo General del Poder Judicial, etc).

Estoy convencido de que los compañeros que han acudido a este servicio lo valoran muy positivamente y me consta que hemos hecho más digeribles malos momentos personales y que hemos fortalecido ánimos y esperanzas. En cuanto a su conocimiento, probablemente pasa algo desapercibido pese a que en la página web por ejemplo ocupa un lugar muy destacado o que en la Asamblea de Santander hubo una magnífica exposición sobre su existencia, actuación y logros. No obstante pienso que lo relevante es que aquel que necesite de un apoyo a nivel profesional, sepa que estamos y que podemos ayudar.

PREGUNTA: A lo largo de tu carrera has cambiado en varias ocasiones de orden jurisdiccional. ¿Te han supuesto mucho esfuerzo estos cambios? ¿Cuál consideras que ha sido tu mayor reto profesional en este aspecto?

Todo cambio te exige un esfuerzo adicional, por supuesto. Sales de la zona de confort que representaban las rutinas establecidas en tu Juzgado y cambias de orden jurisdiccional, de normas, de funcionarios, de abogados, de todo. Es cierto que lo he hecho varias veces, cuento hasta cinco, pero eso va con mi carácter, soy culo de mal asiento y necesito un cambio profundo cada cierto tiempo que me saque de mi rutina, de esa zona de confort y que me dé una nueva motivación para seguir haciendo lo que más me gusta que es precisamente ser Juez.

Como reto profesional yo diría que resultó especialmente exigente, y por momentos desesperante, convertirme en Juez Mercantil a mediados de 2009 y hacer frente en soledad (Juzgado único para toda la provincia) y en su dimensión empresarial a todos los embates de una crisis económica y financiera sin parangón en la historia reciente. Fue una gran experiencia profesional, sin embargo no exenta en ocasiones del amargo sabor de la desazón.

PREGUNTA: Hablando de tu actual destino, un Juzgado de Instrucción, es inevitable recabar tu opinión sobre la vieja disyuntiva: ¿Debe instruir el juez o el fiscal? ¿Crees que existe alguna posibilidad real de que la instrucción pase a desempeñarse íntegramente por el Ministerio Fiscal?

Lo tengo claro. Personalmente defiendo lo mío, lo nuestro, el presente y el pasado y creo firmemente que debe instruir el Juez con la supervisión, apoyo y colaboración del Ministerio Fiscal. Creo que, mientras el Ministerio Fiscal mantenga su estructura jerarquizada y finalmente dependiente de… (que cada uno rellene los puntos suspensivos), atribuir la instrucción al Fiscal sería un retroceso en nuestro sistema de garantías, comenzando por la independencia de quien toma las decisiones. Por otro lado me hace gracia que cada vez que tenemos un nuevo Gobierno se desempolva la idea de atribuir la instrucción al Fiscal y a ser posible a coste cero. Venga ya!!! Milagros, los justos. Esta radical transformación de la instrucción ¿es conveniente en términos de eficacia o es simplemente conveniente en términos políticos? Pues eso!!!

PREGUNTA: Llevas muchos años viviendo y trabajando en Cataluña. También es inevitable preguntarte por tu opinión acerca de la situación actual en ese territorio. ¿Crees que existe posibilidad de que el conflicto político y social existente se reconduzca y solucione? ¿Qué papel puede jugar la Administración de Justicia en ello?

Claro que existe esa posibilidad, es más se tiene que solucionar por el bien de todos, piense como piense cada uno. La situación es de hastío para todo el mundo, la confrontación permanente nos satura, la fractura social es agotadora, el ejercicio profesional se resiente, nos afecta y nos duele, y creo que nadie queremos vivir en esta situación de tensión en la que la que más pierde es Catalunya (permitidme esta licencia idiomática), sobre todo si tenemos en cuenta que este territorio no es ni un ápice más independiente en términos políticos de lo que lo era hace cinco o incluso diez años. No se ha logrado nada con la senda iniciada.

La Administración de Justicia, entendida como la integrada por los órganos judiciales, ya ha jugado de momento un papel relevante, protagonista diría yo, dejando a los Tribunales dar una respuesta jurídica (y no hablo de arreglar nada) a un conflicto de tintes esencialmente políticos en el que las pasiones excesivas y las ilusiones desmedidas se han pagado con brutalidad para unos y con insuficiencia para otros. La Administración de Justicia tiene que jugar su papel social pero, que nadie se engañe, esta no puede ser la solución.

PREGUNTA: ¿Te has planteado alguna vez regresar a tu tierra? ¿Te resultaría difícil o incómodo ejercer tu profesión en tu ciudad natal, dadas sus reducidas dimensiones?

Soy aragonés, oscense para más señas, y ejerzo de tal y claro que me he planteado ejercer allí, pero todavía no ha sido una opción seria en mi vida. Todo llegará.

Ser Juez en Huesca me encantaría pero también podría ser problemático por las profundas raíces que me unen a la ciudad. Sería más fácil en Zaragoza, allí me sentiría más cómodo profesionalmente y muy bien arropado por la cantidad de grandes amigos que tengo entre los compañeros que allí ejercen.

PREGUNTA: Esta entrevista se desarrolla en una situación inesperada y absolutamente novedosa derivada de la pandemia por COVID-19. ¿Esta crisis va a transformar nuestra Administración de Justicia y nuestro trabajo cotidiano?

Sí, claro. De hecho ya está teniendo un efecto inmediato y de enorme repercusión ya que el funcionamiento ordinario de los Juzgados y Tribunales está prácticamente paralizado. Lo que nos espera es muy incierto, se habla de vistas y declaraciones telemáticas pero los problemas prácticos que esto supone son incontables y habrá que superarlos con medios tecnológicos y algo de imaginación. También puede ser problemática la habilitación parcial del mes de agosto, que es más un titular de prensa que una efectiva solución. No obstante, a título personal, estoy convencido que cuando superemos la pandemia, cuanto ya no sea motivo de preocupación, todo volverá a la normalidad del “preconfinamiento”.

Hugo Novales

PREGUNTA: Como juez de instrucción tienes que prestar servicios esenciales relacionados con causas con preso y con el servicio de guardia. ¿Consideras suficientes las medidas de protección individual y colectiva que se han puesto a tu disposición y a la del personal del Juzgado?

No, ni de lejos. Hemos iniciado la toma de declaración de detenidos por videoconferencia y esto ha ido muy bien para todos, incluidos agentes de policía, funcionarios etc. Al principio no tuvimos más que unos botecitos patéticos de hidrogel, luego llegaron mascarillas pero se acabaron, los guantes también… ¡un desastre!. Lamentable. Pero peor ha sido lo de los sanitarios. Eso no tiene nombre.

PREGUNTA: ¿Te atreves a aventurar el modo en que podamos reanudar la actividad normal? ¿Qué medidas serían idóneas para hacer frente a la previsible avalancha de procesos judiciales en los diversos órdenes jurisdiccionales tras el alzamiento del estado de alarma?

Pretender hacer frente al incremento notable de procedimientos judiciales (y pienso sobre todo en las Jurisdicciones Social y Mercantil) con los medios humanos y materiales con que contamos, es decir a coste cero, resulta realmente difícil porque ya estamos hablando de unos recursos al límite de su capacidad, cerca de la saturación. Creo que la agilización procesal mediante la reforma legislativa es necesaria, también lo es la mejora de los medios técnicos disponibles, de las herramientas informáticas, limitar las opciones de recurso durante la tramitación, fomento y nueva regulación de la acción colectiva para obtener respuestas globales que hagan innecesarias las demandas individuales, etc. Lo cierto es que la organización judicial es muy rígida y por eso habría que dotar al sistema judicial de mayor flexibilidad para poder hacer frente a momentos puntuales de incremento de asuntos, pero el cómo hacerlo es la incógnita a despejar.

PREGUNTA: Nos gustaría que nos recomendases un buen libro y una buena película o serie para este período de confinamiento. Y para cuando podamos salir, que nos hables de lo que significa para ti la pesca, a ver si nos aficionamos.

En periodos de confinamiento, rodeados de paredes y anhelando salir, socializar y dispersarnos, la lectura y las películas se convierten en aliados imprescindibles. En estos momentos yo aconsejaría lectura o películas con un marcado componente de evasión, puro entretenimiento, que mantengan ocupada nuestra mente y nos hagan sonreír. Podría ser un buen momento para mirar hacia atrás y recuperar el cine clásico americano, el mejor en mi opinión. Historias de Filadelfia, Con faldas y a lo loco, El guateque o cualquiera de Billy Wilder pueden ser magníficas opciones.

En cuanto a la pesca…, la añoro y, aunque es difícil de explicar o de transmitir, lo que engancha es esa sensación que te invade con el susurro de las olas muriendo en la arena, el atardecer delante del mar infinito, la quietud y el fresco de la noche, la soledad…, y si pican, la adrenalina, el latir desbocado, la ilusión, el trofeo, la satisfacción. ¡¡¡Qué maravilla!!!

PREGUNTA: Y por último, aprovechando que nos reunimos en esta entrevista tres aragoneses, vamos a barrer para casa y te vamos a pedir que recomiendes a los lectores aquellos lugares de Aragón que merece la pena visitar sin dilación cuando volvamos a ser libres.

Por supuesto, y encantado. Yo mencionaría Zaragoza y sus magníficos bares de tapas (el Tubo es imprescindible), visitando el Casco Viejo y paseando la ciudad. Pueblos realmente sorprendentes como Alquézar, Aínsa o Ansó (Huesca) o Albarracín (Teruel), el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, los cañones de la Sierra de Guara, el monasterio de San Juan de la Peña, el magnífico castillo de Loarre y sus vistas infinitas, la comarca de las Cinco Villas. La verdad es que nuestra tierra es una gran desconocida, pero llena de encanto y de rincones inolvidables.

Entrevista realizada por Eduardo López Causapé y Beatriz Muñoz Yangüela.